sábado, 18 de febrero de 2012

Una nueva técnica permite utilizar materia vegetal como fuente para elaborar plásticos

El descubrimiento pretende convertirse en una alternativa limpia y sostenible en la obtención de plásticos frente a la utilización de compuestos derivados del petróleo.
Hasta la fecha para fabricar compuestos plásticos siempre se habían utilizado técnicas que tenían como materias primas derivados del petróleo, por ejemplo la nafta. Esta metodología supone un problema tanto económico como medioambiental. Económico porque, independientemente de la técnica utilizada, el petróleo es un compuesto cada vez más escaso y por consiguiente con el paso del tiempo su precio irá al alza. También es un problema medioambiental debido a que en la industria del petróleo se obtienen subproductos peligrosos como son el metano o el dióxido de carbono, gases que ayudan a la formación del llamado “efecto invernadero” e incrementan el tan temido calentamiento global.
Ahora un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo interuniversitario dirigido por Hirsa Maria Torres Galvis, publicado en la revista Science, promueve el uso de un proceso en el cual no se utiliza petróleo como precursor de los plásticos, sino biomasa vegetal. Este proceso está mediado por un catalizador férrico que es el responsable de transformar los grupos metilo presentes en la biomasa vegetal en etileno y propileno, compuestos químicos fundamentales en la industria del plástico.

“Los gases de síntesis que se utilizan en la industria del plástico (etano, propano y butano) se pueden originar a partir de biomasa vegetal, cosa que representa un avance más ecológico y sostenible. Hasta la fecha no sabíamos como dar con una relación hidrógeno/monóxido de carbono adecuada partiendo de biomasa, pero nuestro descubrimiento usando un catalizador de hierro permite ajustar esta relación a unos niveles óptimos. Además dichos gases de síntesis pueden estar acompañados de grupos azufre y sodio que resultan tóxicos para catalizadores convencionales, pero no para nuestro catalizador de hierro donde estos elementos ayudan a que el proceso de catálisis sea más eficiente. Como consecuencia de esta nueva técnica se obtienen niveles de metano mucho más bajos que si se trabaja con derivados del petróleo”, explica Harry Bitter, supervisor de la investigación.
De implantarse este nuevo descubrimiento con éxito en la industria de los plásticos, a priori, representaría una mejoría medioambiental debido a la reducción de gases de efecto invernadero. ¿Pero qué ocurriría si esta nueva industria va creciendo hasta el punto de reducir la biomasa vegetal del planeta a niveles drásticos? Sencillo, el dióxido de carbono fijado por los árboles regresaría a la atmosfera, favoreciendo al calentamiento del planeta. Este tipo de paradojas no son nuevas, industrias como la de los coches eléctricos o la de los biocombustibles están afrontando los mismos problemas. Sin ninguna duda este nuevo hallazgo se trata de una buena noticia, siempre que confiemos en que habrá un día donde el progreso humano no implique el deterioro del planeta.
Alejandro Barragán Ratia

2 comentarios:

  1. La clave estaría siempre en no partir de un único combustible y potenciar los disponibles al igual para que existiera un equilibrio al usarlos. Parece fácil, pero no para la retorcida mente humana!. Mueve mas dinero potenciar un recurso, convertirlo riqueza, y todo lo que da riqueza da poder ya no sólo económico, o bueno sí, pero económico implica siempre lo político. El dinero desgraciadamente lo mueve todo. Hasta que no quede nada que remover :P

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  2. Cierta es la poca viabilidad -tanto económica, como ambiental- de los proyectos en cuando estos funcionan a partir de fuentes naturales agotables, como es el caso.
    De todas formas, hay que tener en cuenta que, al talar los arboles para poder producir plástico, el CO2 que podría encontrarse disperso en la atmosfera, se encontraría recluido en la forma que se le diera -por ejemplo, plástico o papel-.
    A medida que se vayan talando los bosques, más CO2 se irá acumulando en la atmosfera, por tanto, para intentar minimizar el daño de la perdida de pies que conllevan estos proyectos, se podrían ir repoblando zonas afectadas, siempre que solo un pequeño porcentaje del plástico que se produzca se haga por este procedimiento, o utilizar tierras no muy buenas para el cultivo donde sembrar especies vegetales poco exigentes con el entorno.
    De hecho, el pasado mes de febrero ya se hablaba en el ABC sobre el proceso de debate i dilemas éticos que conlleva la utilización de terrenos fértiles para la producción de productos no comestibles. Millones de personas mueren de hambre cada año, en parte por falta de terrenos cultivables, por lo tanto, no es de extrañar que pueda considerarse una aberración dedicar parte de estos campos a cultivar arboles con los que se elabore plástico.
    Por suerte, sabemos que a partir de plantas no aptas para el consumo humano de crecimiento rápido en terrenos muy poco aptos para el cultivo de alimentos, podríamos producir plástico a partir de cultivos de forma sostenible. Coincidiendo además, que los campos de cultivo menos aptos se pueden encontrar en países del tercer mundo o en vías de desarrollo, motivo por el cual se podrían ver favorecidos y sacar un beneficio indirecto de los campos, es decir, no para alimentarse a si mismos pero si para vender lo que produzcan a otros países. De todos modos, este proceso se encuentra en las primeras fases de desarrollo, por este mismo motivo no veremos plásticos producidos a partir de cultivos hasta dentro de unos años.

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